lunes, 2 de marzo de 2009

LA PRIMERA IMPRESION ES LA QUE CUENTA


La habilidad para comunicarse es uno de los valores que debe tener un profesional de las relaciones públicas. Un factor fundamental para que una persona pueda comunicar eficientemente sus mensajes es la credibilidad que tenga ante sus interlocutores, llámense éstos subordinados, feligreses, votantes, televidentes, o simplemente familiares y amigos.
La imagen de una persona está íntimamente relacionada con la imagen de la empresa o institución que representa. No olvidemos que las pautas de conducta de los dirigentes permean la organización. La credibilidad de una persona se construye a partir de la congruencia entre lo que dice, lo que hace y lo que transmite su apariencia. Estos tres componentes son determinantes para la percepción que tienen de alguien quienes le rodean.
Sin restarle importancia al diseño de un plan integral que construya esta congruencia entre el decir y el hacer, nos referiremos solamente a la importancia de la apariencia personal como código de comunicación y como reforzadora de la credibilidad de una persona ante sus interlocutores.
La imagen de una persona o institución derivan de la percepción que sobre éstas tengan quienes con ellas interactúan. La percepción es generada por estímulos, que puden ser verbales o no verbales. Estos últimos son aquellos que comunican sin palabras y provienen de infinidad de fuentes emisoras. Se relacionan principalmente con la vista, el olfato, el gusto y el tacto.
Cuando reflexionemos acerca de la importancia de nuestro aspecto personal como transmisor de mensajes para quienes nos rodean, debemos considerar que la formación de una imagen en la mente de los demás no es opcional, sino un fenómeno al que no podemos sustraernos. Hagamos o no algo por transmitir determinados mensajes con nuestra apariencia, en todas formas lo vamos a hacer.
El 83 por ciento de nuestras decisiones las tomamos como reacción a los estímulos que entran por los ojos. El dicho de que de la vista nace el amor tiene plena justificación, es el sentido de la vista el conducto por el cual entran la gran mayoría de los estímulos.
Además, como la percepción es meramente sensorial, se da en un lapso de unos cuantos segundos. Un vistazo deja en nosotros una primera impresión sobre una persona o una empresa, que generalmente es la que perdura, aunque posteriormente se reciban estímulos racionales que transmitan mensajes diferentes. De allí la importancia de cuidar en todo momento el aspecto personal.
Existen programas que ayudan en la realización de importantes esfuerzos que van desde tratamientos de reducción de peso, para recuperar el cabello perdido (sistémicas o implantes) o para mejorar el aspecto de la dentadura, hasta cursos de oratoria o media training, pasando por renovación total del guardarropa, cambio de automóvil o de decoración de los lugares en donde se desempeña la persona, como parte de la primera impresion que se causa a los demás.
Estos son aspectos a los que tradicionalmente no se ha dado mucha importancia como códigos de comunicación, pero que al atenderlos se contribuye en forma importante para proyectar una imagen acertada ante los diferentes interlocutores y, finalmente, ganar credibilidad y confianza, por lo que recurda la importancia de afirmar que, "la primera impresión es la que cuenta".

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1 comentario:

  1. Tienes toda la razón! En mi opinion encuentro poco inteligente cuando la gente dice que cosas asi son superficiales y que no importan. Para mi la imagen de una persona puede decir muuucho, si sabes mirar.

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